jueves, 6 de octubre de 2011

¿EL EGOÍSMO SE CURA?



Por: Pilar Alberdi

Vista así, la frase es divertida. Lacan opinaba que somos lo que somos por como fuimos tratados, especialmente al comienzo de nuestra vida. Lo que se conoce como la «teoría del espejo». Si nos sonrieron, sonreímos. Y si nadie nos hizo caso, no lo haremos.
Pero ¿el egoísmo se cura?
Hombre, tanto como curarse... Parece que todavía no hay pastilla que lo consiga. Además si se curase no daría lugar a tanta frase ingeniosa. Escuchen: esta es de Jean Cocteau (1889-1963) «Un egoísta es aquel que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estás muriendo de ganas de hablarle de ti».
Yo creo que entiendo mejor el egoísmo desde que tengo cerca una persona que lo entiende. Pero esto de entender el egoísmo es como lo de entender las matemáticas... Se olvida, así que cada cierto tiempo le pido a esta persona que me recuerde el cuento que le contaba su abuela.
Dice así:
Dos hermanos estaban sentados a la mesa para desayunar.
La madre llega y coloca dos tazones de café con leche con sopas para cada niño.
Entonces el niño dice: —¿Para mí son estas soperritiñas?
Y la madre responde: —No, son para tu hermana.
A lo que el niño contesta:—¿Para mi hermana son esas soperritonas?
Así vemos como para el egoísta lo que tiene nunca es suficiente, y lo mismo, pero en manos de otro, le parece el doble.
Que el cuento se puede contar de otra manera... Pues sí.
Entonces la niña dice: —¿Para mí son estas soperritiñas?
Y la madre responde: —No, son para tu hermano.
A lo que la niña contesta:—¿Para mi hermano son esas soperritonas?
Desde luego, las variaciones pueden llegar a ser infinitas... Sólo hace falta cambiar los personajes.

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