sábado, 5 de junio de 2010

AUTOBIOGRAFÍA IMAGINARIA



Texto y foto: Pilar Alberdi

«Un alma se mide por la dimensión de su deseo, del mismo modo que se juzga de antemano a una catedral por la altura de sus torres». Gustave Flaubert

¿Qué queríamos ser? ¿Lo hemos conseguido? Quizá en la juventud ya sea por temas familiares o laborales no logramos encauzar nuestro camino con el fin de conseguir sentirnos plenos como personas.
¿Hay algo en nuestra mano que podamos modificar? ¿Sí? Pues si la respuesta es sí, siempre es buen momento para intentarlo. ¿Por dónde podríamos comenzar?
En una de sus obras la escritora norteamericana Flannery O’Connor, dice. «Para nosotros sólo existe intentarlo». No recuerdo ahora en su relato la razón concreta a la que iba dirigida esta frase, pero claro que lo más importante es intentarlo. Porque fracasar es lo contrario. Detenerse. Dar por perdido algo.
¿Queremos cambiar de trabajo? ¿Estudiar? Hay opciones nuevas para reanudar estudios, incluso por Internet. Y a la edad en que fallecían nuestros abuelos, nosotros aún somos jóvenes. ¿Por qué no aprovechar esta circunstancia? Además, vemos que en tiempos de crisis cuando falta el trabajo las personas vuelven a retomar los estudios. Entonces, acaso sea un buen momento.
El problema de las «autobiografías imaginarias» es de dos tipos: nos pueden pesar como una losa si no conseguimos lo que un día quisimos, pero por otra parte siguen vigentes, son un buen motor, siempre puesto en marcha, para que lo consigamos. Y desear algo e ir a por ello, mantiene el espíritu joven y hace a las personas fuertes.
Mirémonos en el espejo de nuestros sueños… ¿Quiénes queríamos ser? ¿Lo somos? Hagamos algo más: miremos en el espejo de los que tenemos cerca... ¿Son quienes querían llegar a ser? ¿Qué enseñanza sacamos en claro? ¿De qué modo podríamos ayudar a los demás y a nosotros mismos?
Decía Nietzche en su libro Humano, demasiado humano: «Si fuésemos un buen campo de labor, no dejaríamos perecer nada sin utilizarlo y veríamos en todo, en los acontecimientos y en los hombres, estiércol útil, lluvia y sol». ¿Lo vemos? Incluso lo que nos parece peor puede servir para conseguir lo mejor. El camino más alejado puede acercarnos al camino correcto.
A veces es bueno mirar la vida a medio y largo plazo. De ese modo se pueden tomar decisiones y establecer metas. Mejor que mirar a mañana, si queremos cambiar algo, sería conveniente hacerlo mirando a semanas o meses. Nos dará perspectiva y cierta seguridad a la hora de establecer un recorrido y de intentar conseguir objetivos. A fin de cuentas, la persona que va a vivir más tiempo con nosotros, somos nosotros mismos. Lo ideal es ser sinceros.

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